De 4, 5 y 6 años
Lun y miér de 17:30 a 18:30hs.
Inicial
Lun, miér de 18:30 a 20hs.
Escuela Avanzada
Lun, miér y vier de 18:30 a 20hs.
Escuela inicial:
Mier, Vie 18 a 19hs
Intermedia y federados:
Lun, Mier, Vie 19 a 20:30hs
Máster
Mier, Sáb 09:30 a 11:00hs
U13 y 15
Mier y Vie de 17 a 18hs. | Lun 17 a 18 hs.
U17 y 19
Mier y Vie de 19 a 20hs. Lun 18:10 a 19:10 hs.
Primera
Mier y vie de 20 a 20:40hs. | Lun 19:15 a 20:30 hs.
Mini
Mier y vie de 18 a 19 hs.
Femenino
Mar y Jue de 19 a 20:40hs.
Escuelita
Mar y jue de 18 a 19 hs.
9na-8va
Lun y mier de 18 a 19 hs. | Sáb 09:30 a 10:30 hs
Mamis
Lun y mier de 19 a 20hs.| Sáb 09:30 a 10:30 hs
7ma-6ta
Lun y mier de 19:30 a 21 hs. | Sáb 10:30 a 11:30 hs
5ta Mayores
Lun de 21 a 23 hs. | Sáb 11:30 a 12:30 hs
Lun, mier y vier de 18 hs.
Mini, Sub 12, Sub 13 y Principiantes
martes y jueves de 17:30 a 19hs
Sub 15 y sub 17
martes y jueves de 17:30 a 19:30hs
Sub 19 y sub 21
martes y jueves de 19:30 a 21:30hs
Infantil/Menores (hasta 14 años)
Mier y vie 17:30 hs.
Cadete/Juveniles (de 15 a 18 años)
Mier y vie 18:30 hs.
Mayores (más de 21 años)
Mier, mier y jue 20:30 hs.
Mini (de 7 a 9 años)
Lun y mier 17:45 a 18:45 hs.
General
Lun, mier y vie a las 18 hs.
Es rica y extensa la historia del Club Defensores. Su fundación, los difíciles primeros años, la etapa de desarrollo y consolidación, el fútbol. Una institución surgida de una pasión juvenil.
El 9 de enero de 1924 se fundó el Club Atlético Defensores de Moreno. Con una fructífera existencia, es la segunda institución de su tipo más antigua del distrito.
En la década del 20, Moreno era un pequeño pueblo con unos 5.000 habitantes, muchas calles de tierra, escasa edificación y una población de austera vida y con pocas diversiones, lo que le daba aspecto de lejano pueblito de provincia.
Por esa época existía un solo club, el Mariano Moreno, el más antiguo del partido, que contenía las ansias deportivas y sociales de la población.
Esta institución, en 1923, mediante asamblea de socios, decidió abandonar la práctica del fútbol debido a los inconvenientes que se producían con el enfrentamiento de hinchadas y el apasionamiento que se manifestaba en las canchas de juego.
Esta medida privó de poder practicarlo representando a alguna institución a un entusiasta grupo de jóvenes para quienes el fútbol era toda su pasión.
El deseo de satisfacer las inquietudes deportivas y el impetu juvenil fue lo que lentamente hizo que madurara la idea de fundar un club.
La ilusión y el entusiasmo fueron creciendo.
Se improvisaban reuniones en un banco de la plaza, una esquina, o el zaguán de una casa amiga. Se entablaban polémicas y toda clase de conjeturas mientras se esbozaban planes para la constitución de un nuevo club.
Más adhesiones se sumaban y el anhelo era uno solo: fundar un club de fútbol.
Al calor de esas reuniones improvisadas se debatía el nombre que llevaria la entidad en formación; una de las propuestas fue “Mariano Moreno Fútbol Club”, pero ya existia una institución con esa denominación, aunque con el agregado de la última parte se creía diferenciarlo.
También fue considerado “Estudiantes”, pero tampoco prosperó, al igual que “Racing”.
Este último nombre pertenecía a un pequeño club que por esos años existia en Moreno y que se encontraba inmerso en una grave crisis institucional y financiera, a su vez, conocido rival en el campo de juego de los jóvenes ex socios del Mariano Moreno.
Antonio “Nito” Zandegiácomo fue quien logró comprender cabalmente la aspiración del conjunto, cuando propuso que el nuevo club se llamara “Defensores de Moreno”, inspirado en el nombre del Club Atlético Defensores de Belgrano, de Capital Federal.
La idea predominante era la de defender el honor y el nombre de Moreno en las canchas de fútbol. Los colores adoptados para el naciente club fueron también los de la entidad capitalina, el rojo y el negro, que años más tarde pasaron a ser defendidos con ardor y pasión.
Simultáneamente, el grupo promotor del nuevo club tomo contacto con José Alemán, dirigente y tesorero del Racing Club de Moreno, entidad esta fundada en 1920 y que contaba con 95 socios. De estos encuentros surgió la idea de una fusión entre ambos agrupamientos.
La fundación
Este hecho aceleró algunas decisiones y se acordó una reunión a realizarse el 9 de enero de 1924 en la sede de Racing, ubicada en Martínez Melo 618, hoy Avenida del Libertador 175, casi esquina Merlo.
El lugar elegido consistía en una sola pieza de reducidas dimensiones y humilde aspecto, con una puerta que daba a la calle. En su interior había algunas sillas, una mesa y las paredes estaban adornadas suadros con motivos futbolísticos.
Allí el Club Racing dio su paso al costado de la historia. En una reunión previa, los SOCIOS Alfredo Massa, Domingo Di Gioia, José Alemán, Juan José Elizalde, Ismael Ezeiza Gallo, Federico Terzano, Eduardo Tartufo y Héctor Corvalán firmaron el acta de disolución e la entidad.
Eran las 22:30 horas cuando comenzó la reunión fundacional. Se encontraban presentes Eduardo y Alberto Tartufo, Matias “Potoco” Martínez, Alfredo Massa, Antonio R. Fernández, Juan JoséElizalde, Pedro A. Díaz, Héctor Corvalan, Guillermo Smith, José M. Garmendia, José Alemán y Gustavo Zandegiácomo, Luciano Germain, Ismael Ezeiza Gallo, Luis Rocca, Federico Terzano, Joaquín Rodríguez, Servando Ávalos, Esmeraldo y Alfredo Freire, Agustín Terribili, José Zugarrondo y Alfredo Vische.
El acta de fundación aclaraba que el Club Atlético Defensores de Moreno nació “con fines esencialmente deportivos” y se decidió que la cuota societaria fuera de un peso moneda nacional.
Se fijó como primer domicilio de la institución el lugar donde se estaba sesionando, en la calle Martínez Melo, que años más tarde ocupó la tienda y mercería de Salomón.
Del desaparecido Club Racing también se recibió una “herencia”, que consistía en $145,26, un escritorio, doce sillas, un par de arcos, dos copas para premios, un libro de actas y otro copiador, un pincel, un libro de registros de socios, un bibliorato, un block de papel, sobres, fichas, dos pelotas, una lezna, un pito y un inflador.
Aunque un tanto pintoresco y singular, el inventario vino a constituir un valioso aporte para el flamante club.
Por unanimidad resultó electa la comisión directiva: presidente, Alfredo Massa; vice, Ismael Ezeiza Gallo; secretario general, Antonio Zandegiácomo; prosecretario, Berto Tartufo; tesorero, José Alemán; protesorero, Juan José Elizalde; vocales, Matías Martínez, Héctor Corvalán Costa, Domingo Di Gioia, Eduardo Tartufo y Pedro Hegoburu; suplentes, Guillermo Smith y Rómulo Macagno; revisores de cuentas, Ignacio Garmendia y Alberto Castelli.
Capitanes de los equipos de fútbol fueron designados Ismael Ezeiza Gallo y “potoco” Martínez.
La Comisión de deportes estaba presidida por Gustavo Zandegiácomo, quien había cumplido el importante rol orientado al entusiasta grupo de jóvenes y que años más adelante sería una pieza fundamental del Club Defensores.
La comisión también la integraban Ismael Ezeiza Gallo, como se- cretario y Rómulo Macagno, Agustín Terribili y Guillermo Smith, como vocales.
Eran las 23:30 y habia nacido el Club Atlético Defensores de Moreno, surgido de una pasión juvenil.
Las luces de esa noche de verano iluminaban las calles de tierra o las empedradas del centro. Moreno, dormido, desconocía aun que un sueño se había hecho realidad.
Los primeros pasos
Una nueva etapa comenzaba, tan dificil, como la de fundar un club. Las primeras gestiones de la flamante comisión directiva estuvieron encaminadas a organizar y poner en marcha la institución.
La segunda reunión se realizó el 23 de enero y allí se recibieron 42 nuevos socios.
Tratándose de un club de fútbol, una de las primeras medidas consistió en buscar un terreno adecuado para utilizar como cancha. Para esta función se comisionó a Gustavo Zandegiácomo y a José Alemán.
El predio elegido estaba ubicado dentro del radio urbano y a pocos metros de donde, años más tarde, el club tendría su otra cancha.
La primera cancha del Defensores estuvo situada en la manzana comprendida por las actuales calles Tucumán, Martín Fierro, Avenida Victorica y Avenida Bartolomé Mitre. Sobre esta última estaba el terreno usado para las prácticas deportivas.
En algunas épocas del año, el lugar adquiría aspectos pintorescos debido a que dentro de la misma manzana y en terrenos vecinos a la cancha, se instalaban carruajes y carpas de gitanos de origen húngaro que realizaban encendidas y llamativas fiestas y bailes.
El terreno utilizado como cancha pertenecía a una sucesión y era ocupado sin utorización. Los titulares de la sucesión hicieron los reclamos correspondientes, lo que creó un litigio que se resolvió tras la intervención y consejo del intendente Graciano Meoqui. Se acordó que el club pagara $115, de los cuales $50 los aportó la Municipalidad de Moreno y el resto quedó a cargo del Defendores.
Logrado el acuerdo, la cancha vino a llenar una sentida necesidad y allí todas las tardes se organizaban bravos “picados”.
En septiembre de ese año, el club cambia de sede y se instala sobre la Avenida Bartolomé Mitre 922, casi esquina Nemesio Álvarez.
A partir del 9 de junio de 1925, la cancha del Defensores fue escenario de encuentros deportivos que se repetirían, en las fechas patrias, en los años siguientes.
Al poco tiempo, ante la inminencia del remate de los terrenos donde se encontraba la cancha, el club debió abandonar su campo de juego.
De nuevo a la búsqueda de un terreno apto, esta vez el club ocupa un predio conocido como “Campo de Face”, el que estaba ubicado entre las calles Rivadavia, Camilli, Libertad y Sarratea, antes Chiclana.
La denominación le era dada por encontrarse frente a la quinta del doctor Guillermo Face, lugar usado por los jugadores como vestuario, a cuyo propietario el club nombró socio protector.
Un poco más allá, en la manzana ubicada frente al hoy “hospital nuevo”, estaba la “Laguna de Pascualetti”, terrenos que, por ser bajos, se inundaban con agua de lluvia.
Hacia el sur estaba el almacén “Palermo”, de Pirovano.
En 1926, la comisión de deportes realizó los trámites para intervenir en un campeonato de zona, la Liga de Fútbol El Orden, organizada por el periódico del mismo nombre.
Con ese motivo, se apuran las gestiones para llevar a cabo una selección y constituir los equipos representativos del Defensores.
Como resultado se formó el primer equipo oficial de fútbol, que estuvo integrado por Juan Pérez, Fermín Garmendia, Guillermo Smith, Agustín Terribili, Hernán Nine, José Zugarrondo, Vicente Verga, Ramón Pérez, Ignacio Garmendia, Matías Martínez e Indalecio Pagliano.
Poco después, el 20 de junio del mismo año, se realizó un certamen interno con la finalidad de seleccionar a los integrantes de dos equipos de segunda.
La segunda “A” estuvo formada por Pedro Rodriguez, Martin Orellano, Arturo Taponeco, Nicasio Arias, Héctor Platini, Enrique Plez, Adolfo Correa, Tadeo Martínez, Bernardo Elizalde, Damián del Rio y Francisco Piovano (h).
La “segunda “B” la integraba Adolfo Baldi, Luis Rocca, Antonio Alfredo Freire, Joaquin Rodríguez, Humberto Ghidini, Marcelo Almendros, Juan Pina, Laurentino López, Guido Piovano y José Plez.
Por casi un año, en el periodo que va de agosto de 1925 a junio de 1926 no se realizaron reuniones de comisión directiva.
1926 es el peor año para la institución. El 4 de junio asumió una comisión reorganizadora. Gustavo Zandegiácomo fue elegido tesorero, cargo que ocupó varios períodos, y encontró solo un peso como todo capital y numerosas deudas a las que hacer frente.
Era necesario adoptar urgentes medidas para escapar a la grave situación. La comisión resolvió efectuar, entre otras actividades, un festival artístico en el desaparecido Cine-Teatro París, hoy Teatro Leopoldo Marechal. Allí se presentó una obra teatral a cargo de un grupo de aficionados,
Entre los que se encontraban Lucía e Inés Barnes, Alberto Tenti, Antonio Bueno y Domingo Di Gioia.
El resultado fué excelente y arrojó para la institución una ganancia de 289 pesos.
Este Exito aumentó el entusiasmo y decidió a la comisión directiva realizar festivales y kermeses repetidos en los años siguientes y organizados en colaboración con las Sociedades Italiana y Española, y que atraían a numeroso público.
En febrero del año 1927, Gustavo Zandegiácomo propuso el traslado de la sede social a una amplia casona propiedad de la familia Gnecco, edificio que estaba ubicado sobre la Avenida Bartolomé Mitre, aproximadamente en el lugar que ocupaba el ex Cine Monumental.
Entre 1917 y 1922, esta casa fue utilizada por la Escuela N°1 mientras se construía el edificio escolar que todavía se conserva.
La decisión de alquilar una nueva sede fue un paso importante para el joven club; se fijó un alquiler de 90 pesos mensuales.
Los tiempos no eran buenos y la situación económica del defensores no había mejorado.
El club contaba tan sólo con 72 socios.
La antigua y cómoda casona, muy bien ubicada, permitió la incorporación de nuevas actividades y deportes como box, ajedréz, básquet, billar, bochas, etcétera.
Esto redundó en el aumento de socios. En poco tiempo, el club contaba con 300 nuevos asociados y una creciente popularidad.
En los terrenos frente a la nueva sede, ubicados en el triángulo que forman las calles Bartolomé Mitre, Uruguay y Belgrano, baldíos en esa época, se llevan a cabo kermeses organizadas junto con la Sociedad Italiana, que aportan una ganancia de $1500, lo que resultaba sumamente alentador.
El mismo lugar también era ocupado por los circos que llegaban a Moreno.
Por esa época, el club comienza a organizar torneos atléticos en los que intervenían numerosos participantes, entre ellos se destacó Juan Pina, miembro de varias comisiones directivas y destacado corredor pedestre.
Pina fue campeón argentino de 100 y 200 metros y sudamericano de
200 metros; representó a la Argentina en las Olimpiadas de Amsterdam.
En 1928 se formó un equipo de cuarta división que causó sensación por su habilidad en el campo de juego.
“La cuarta de fierro”, como fue llamada, sirvió de semillero y, años más tarde, varios de sus integrantes formaron parte de la primera división del Defensores, campeona en varias oportunidades.
El equipo de cuarta división lo formaron Pablo Santagostino, Manuel Corválan, Raúl Piovano, “Chuti” Perotti, Ramón Larrosa, L. Motta, José Correa, T. Rojas, Daniel Pérez y Rául Llano.
En 1929 el club, ya más afianzado, cambió de cancha y alquiló en $5 mensuales los terrenos ubicados en la manzana entre las calles Bartolomé Mitre, Camilli (antigua calle Tuyucué), Victorica y Tucumán, frente a la Escuela N*3, lugar este que, años más tarde, ocupó la estación de servicio de Patetta, pero instalada sobre Victorica.
El terreno fue alambrado en su perímetro y se instaló una casilla de madera para vestuario de los jugadores que costó $450.
Las mejoras realizadas en la cancha la convirtieron en única en toda la zona, y la ubicación de la misma permitía que un numeroso público e hinchada concurrieran a ver los partidos,
Comienza con la década del '30 una nueva etapa para el joven Club Atlético Defensores. Quedan atrás las dificultades y se inicia una era de afianciamiento y desarrollo en la que el fútbol cumple un papel fundamental.
En 1931 el equipo del Defensores se enfrentó por primera vez con
El club esportivo Villa Herrero, convirtiendo a este encuentro en el clásico del fútbol local, que tuvo una vigencia de casi 25 años.
El Villa Herrero se disolvió en 1936 y representaba al barrio del mismo nombre, donde mantenía una importante hinchada dueña de gran pasión por el fútbol.
Hacía tiempo que se esperaba que los dos conjuntos, que se adjudicaban la supremacía
del fútbol local, se enfrentaran para dirimir cuál ostentaba mayores meritos en la cancha.
El encuentro se llevó a cabo en la cancha del Villa Herrero y alli el Club Defensores triunfó por 3 a 2, con goles de Arcardini, López y Gennoni.
Hubo aquel día festejos y bullicios en las calles de Moreno por parte de los numerosos seguidores rojinegros.
Este triunfo inició una era de recios enfrentamientos deportivos que convocaban la atención de la mayoría de la población.
La cancha propia
En 1933 se produce un hecho sumamente auspicioso para el club.
Ese año asume la presidencia Martín Salvador. Su principal meta era
que la institución contara con cancha propia.
Por tratarse de un tema de gran importancia en el que se podía
comprometer el futuro económico del club, la comisión directiva resolvió que fuera tratado y analizado por la asamblea de socios.
Sin embargo, la reunión de asociados tenía una fecha lejana en el calendario y al presidente se le presentó la oportunidad de comprar unos terrenos que convendrían a los fines del Defensores.
Llevado por su entusiasmo, Salvador ofrece adquirir dos lotes de terrenos a su nombre sin ningún compromiso para el club; si la asamblea rechazaba la compra, éstos quedarían de su propiedad; si no, pasarían a ser patrimonio de la entidad.
Al día siguiente, en la sede social apareció un comunicado que anunciaba “El Club tiene cancha propia” la noticia corrió rapidamente y fue motivo de festejos.
A su hora, la asamblea aprobó por unanimidad la compra de los terrenos ubicados entre la ex Ruta N° 7 y las vías del ferrocarril, frente al Instituto Riglos, y que habían pertenecido a la comunidad franciscana.
El predio fue alambrado y se realizaron mejoras, fue iluminado y se construyó una habitación destinada al cuidador. También se trasladó allí la casilla utilizada como vestuario
El 12 de octubre de 1935 fue oficialmente inaugurado en medio de competencias deportivas y bombas de estruendos, con la presencia de autoridades, socios y entidades amigas y un baile que culminó a altas horas de la noche.
Hitos en la vida del defensores
En 1933, los equipos del Defensores triunfan en campeonatos zo-
nales; resultaron campeonas las divisiones 1°, 2° y 3°.
También en 1933, Gustavo Zandegiácomo se alejó de toda actividad en el club, aunque manteniendo toda su simpatía por el mismo.
En 1934, la 2° división se clasificó campeona.
En 1935, el Club Atlético Defensores de Moreno tramitó la perso-
nería jurídica.
En 1936 se registra un grato hecho deportivo. Domingo “Jacuco” López interviene en la Maratón de los Barrios representando al Defensores.
Se trataba de una importante carrera pedestre organizada por la revista El Gráfico y en la que participaron 421 corredores. López se clasificó quinto, a tan solo tres minutos y doce segundos del ganador, luego de haber sido uno de los principales animadores de la prueba.
En 1937 se fundó el Club Recreativo Los Indios, el cual reemplazó al desaparecido Club Villa Herrero y heredero de éste, aunque con máyor impetu se convirtió en el férreo rival del Defensores en partidos verdaderamente reñidos, seguidos con mucha atención por la mayoria de la población y que convocaban numeroso público e hinchada.
Defensores y los Indios fueron el clásico por excelencia del fútbol local
Llega la sede propia
En 1939 se produjo otro importante jalón del Defe la compra de la sede social.
En junio de ese año, la asamblea extraordinaria convocada para tratar el tema aprobó la compra de la vieja casona ubicada en Bartolomé Mitre 974, que había pertenecido a la familia Gnecco.
La adquisición se concretó por un total de $30.000 pesos moneda nacional, pagaderos en cuotas al 4% de interés.
La nueva sede, amplia y suntuosa, ahora propia, había sido ocupada hasta hacía poco tiempo por el Club y Biblioteca Mariano Moreno.
La misma fue inaugurada oficialmente el 9 de julio de 1939, y marcó de forma elocuente el progreso y el prestigio logrados por el club Defensores.
Ese año, la 2° división de fútbol obtuvo el título de campeón.
La década del 40 le continúa
En 1941, la 2° división vuelve a conseguir el campeonato.
También en ese año, comienzan a realizarse los recordados bailes, o “matinés”, con la presencia de orquestas, que hasta ese momento se llevaban a cabo con grabaciones.
En los años siguientes, en la pista de baile del Defensores se dieron cita artístas de relevancia, Feliciano Brunelli, Pedro Laurenz, Rodolfo Biaggi, Juan D´Arienzo, René Varela, Horacio Salgán, Osvalo Pugliese, Mariano Franchini, Carlos Di Sarli, Julio Sosa, Palito Ortega, Violeta Rivas, Nestor Fabían, Chicote López, Jhonny Tedesco, entre muchos otros.
En 1942, nuevamente solo la 2° division rojinegra obtuvo el título de campeón.
Ese año, el deporte de las bochas adquirió un inucitado auge con la participación de numerosos aficionados. Debido a ello se organizaron equipos y se partició en torneos.
En 1943, en un campeonato organizado por los clubes de Capital Federal, la 1° división se clasificó invicta.
En 1944 la 4° división fue la ganadora del campeonato de fútbol.
Asimismo, en 1944 el club amplió su sede con la compra de la casa de al lado, de Bartolomé Mitre 980 esquina Rivadavia, propiedad de la familia Scala. Por la que se pagó $20.000 pesos moneda nacional, en cuotas, al 6% de interés.
En esta casa, en los años 1969 y 1970, funcionó provisoriamente la Comisaria 1”, mientras se construía su actual edificio.
En 1946, el equipo del Defensores resultó campeón de la Liga del Oeste.
En 1948, se vendió la cancha del club en $160.000.
Otros logros
En 1953 la 1* división se consagra campeona de la Liga de Fútbol del Oeste. Ese año también, el socio y jugador del Defensores Julio Nuin integró la delegación juvenil argentina que participó en el Campeonato Mundial, llenando de satisfacción a la institución.
En 1960, el Club Defensores no participó en ningún campeonato de fútbol, por no poder integrar el equipo necesario.
Dos años después, el fútbol ya no era tratado por la asamblea de socios, cerrándose un ciclo de fundamental importancia en el nacimiento y desarrollo de la institución.
Los tiempos habían cambiado y el fútbol profesional adquiría gran predicamento en el público, que abandonaba los partidos locales y a sus jugadores.
Muy propio de la época, el 24 de setiembre de 1960 se inauguró en el seno del club la peña folclórica “La Compañera”. Allí actuaron Los Quillla Huasi, Margarita Palacios, Waldo Belloso, Carlos Vega Pereda y Los Hermanos Abrodo, entre muchos otros.
En agosto de 1964, Defensores logró otro importante paso: la escritura de los terrenos sobre la Avenida Victorica, bautizados como Villa Olímpica General San Martín, hoy única sede de la institución.
La historia de este predio se remonta a los primeros años de la década del “50 cuando, tras su expropiación a la sucesión Laborde, el club instala su cancha.
Ya convertido en terreno fiscal y con varios años de ocupación e innumerables trámites para lograr su titularidad, ésta se obtuvo en octubre de 1960, tras el pedido realizado por Lizardo Sarza, ex presidente del club y diputado provincial en ese momento.
La cesión de los terrenos fue aprobada por unanimidad en la cámara legislativa mediante la ley 6.657 de ese año.
En los años 60 comenzaron las obras de la pileta olímpica, cancha, forestación y demás instalaciones a las que con los años se agregaron otras como el gimnasio, convirtiéndose en un moderno campo de deportes orgullo de la institución, en cuyas modernas instalaciones, el 12 deenero de 1974, festejó sus Bodas de Oro.
En 1989 se llevó a cabo la mudanza de la vieja sede de la calle Bartolomé Mitre hacia la actual.
El Club cuenta con 3 piletas, Olímpica, de Salto (5 mts de profundidad) y Pileta Ambientada. Las mismas en constante mantenimiento. Para su ingreso se requiere previa revisación médica.